

Sus conversaciones a menudo se sienten agotadoras o terminan en desacuerdos.
Existe una dinámica donde los intentos de conexión no se sienten recíprocos.
Han pasado de ser pareja a sentirse más como compañeros de equipo o de casa.
La relación ha perdido ligereza y a veces se siente tensa o difícil de sostener.
Resienten cosas del pasado que siguen afectando el presente.
La relación se volvió pesada, tensa o emocionalmente agotadora.







Entender lo que realmente está pasando entre ustedes.
Mejorar la forma en la que se hablan y se escuchan.
Reconectar desde la comprensión y no desde la defensa.
Reparar heridas que siguen afectando la relación.
Recuperar claridad sobre el rumbo de la pareja.
Ningún proceso profesional puede prometer eso.
La terapia ayuda a:
- Entender lo que está pasando,
- Mejorar la comunicación,
- Reparar heridas,
- Tomar decisiones desde la claridad, no desde el desgaste.
El objetivo es que ambos puedan ver con lucidez qué necesita la relación… y si quieren reconstruirla.
No. Muchas parejas vienen cuando notan distancia, discusiones frecuentes o dificultades para comunicarse.
La terapia no es un último recurso; es una herramienta para prevenir que los problemas crezcan y se hagan más dolorosos.
Es un escenario muy común.
- La función de la terapia es crear un espacio neutral donde:
- No se busca culpables,
- Se detienen patrones de ataque/defensa,
- Se trabajen las dinámicas que están manteniendo el conflicto.
La sesión está diseñada para que ambos puedan expresarse sin sentirse invalidados.
La primera sesión se enfoca en:
- Entender qué está ocurriendo entre ustedes.
- Escuchar la perspectiva de ambos sin juicio.
- Identificar los factores que están fracturando la relación.
- Trazar un plan de trabajo claro y realista.
Salen con claridad, no con más confusión.